Encriptado sueño feroz, la luna
concibió
estrellas revueltas y vientos
trémulos,
en tu castillo bravío de perdición
leí tu voz en mi cabeza entonada
de miel,
recorrí el pétalo de tu sexo,
dominándome
hasta hacerme caer.
Caí, tinta roja del mágico placer
perverso de perderse en tu copa
dulce
y palpar la dicha excelsa, vida!
las agujas girando lentas y
precisas,
recorriendo conmigo la flor
sublime
que olí dormido, enérgica visión,
azul!
Sincera carne, espejismo real,
silencio
cuajado por el crujir de los
cuerpos,
miles de palabras calladas,
ausentes; sí!
Silencio asediando mi cuerpo en
silencio,
espacio que solitario habito
durmiendo,
luna trocada en mañana, agujas que
pulsan
el minuto final.

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