Escondido, detrás de las cejas
mirar ese mundo impávido,
los sueños, de nada sirven,
la coraza.
Temblar inmóvil sobre la tierra
que exhala un agrio temor
y dormir despierto,
y vivir durmiendo.
Sólo, cansado de ver,
solo el ojo moviéndose:
dosificando las faltas de la vida,
cranear
el próximo movimiento,
decirle al ojo que solo mire
sin mirar, sin penetrar,
el mundo.
Escondido, las cejas
protegiéndome del silencio
alejándome de la vida.

No hay comentarios:
Publicar un comentario